El pastor es una de las ocupaciones más antiguas. practicó el ser humano. Desde antes de la invención de la agricultura, nuestros ancestros domesticados eran diferentes especies de animales, especialmente rumanos, y desarrollaron técnicas pastorales, por el bien del hombre combina los movimientos de tu ganado con los ritmos productos naturales.

En puntos muy diferentes del la tierra de pastor es la ocupación más ligada a los ramos culturas de los pueblos desde los pastores de renos del del norte de Eurasia, a los camelleros y ovejeros tuaregs; de los pastores masai de las llanuras de África Central, hasta los gauche cowboys o los llanitos americanos. La cultura pastoral es universal, como referente histórico de las técnicas que el ser humano ha utilizado para vivir en las más diversas condiciones. En nuestras islas tenemos una cultura pastoril muy rica. interesante, que está en la misma raíz del pueblo canario.

Los aborígenes Isleños fueron, ante todo, un pueblo de Pastores de Cabra que están filmando su residencia Costa a Cumber, buscando cada época del año. Mejores comidas para tus baños. Con la conquista nació la cultura pastoril de las islas. integrando elementos de otros lugares del mundo, y se explicó el esquema tradicional del pastor técnicas procedentes de otros lugares, dando como resultado de estrategias pastorales muy completas especializado.

Esta cultura trashumante se refuerza con el hecho de que el principal producto de los ganados es el queso, y puesto que es difícil y delicado trasladar la leche, y dado que el queso se hace siempre en torno al hogar, la familia de queseros prefiere vivir siempre cerca de su ganado. Naturalmente es muy duro vivir amoldándose a las vicisitudes del rebaño, por lo que no es de extrañar que los pastores trashumantes formen un colectivo con muy intensos lazos de vinculación social. Es de resaltar la pervivencia de las costumbres de ayuda mutua, de las cuales la más notoria es la trasquila o pelá. A principios de verano hay que trasquilar la lana de las ovejas y esto supone un trabajo penoso, por lo que cada pastor convoca a todos sus colegas para que le ayuden un día en esa tarea, lo que evidentemente culmina con un festejo por todo lo alto, para agradecer la ayuda prestada. Otro día será él el que acuda a ayudar a pelar a otro compañero y así, durante un par de meses las trasquilas marcan el calendario de trabajo y de fiesta de los pastores. No es extraño que de estas reuniones surjan relaciones entre los más jóvenes, por lo que las familias de pastores están muy vinculadas por lazos de parentesco y los apellidos Mayor, Mendoza, Jiménez, Gil, Moreno, etc., se repiten una y otra vez entre nuestros trashumantes.