En pleno corazón de los Montes de Toledo, en la pequeña localidad de La Nava de Ricomalillo (Toledo), se encuentra la Quesería de La Jara, un proyecto que nace del deseo de vivir en conexión con la naturaleza y de recuperar una tradición quesera artesanal profundamente arraigada en la comarca.

La Jara es una tierra agreste, salpicada de jaras, encinas y monte bajo, con inviernos fríos y veranos secos y cálidos, lo que da lugar a una vegetación aromática que enriquece los pastos.

En este entorno privilegiado, las cabras de raza malagueña —crianza propia— pastan a diario, alimentándose de manera natural. Este estilo de vida se traduce directamente en una leche de alta calidad, rica en grasa y proteínas, ideal para la elaboración de quesos de textura sedosa y sabor profundo. A tan solo 7 km de la ganadería, en las instalaciones de la quesería, se trabaja con leche recién ordeñada, sin tratamientos artificiales, permitiendo elaborar quesos con leche cruda que conservan toda su autenticidad.

El proceso es 100% artesanal: sin aditivos, con controles sanitarios rigurosos y con un respeto absoluto por la materia prima. La quesería permite el desarrollo natural del moho sobre la superficie de sus piezas, lo que aporta una textura única, una corteza viva y sabores intensos que evolucionan con el tiempo.

Quesería de La Jara no solo elabora queso; cultiva identidad, paisaje y memoria en cada pieza.